martes, 19 de octubre de 2010

Noticias Internacionales de la Iglesia Católica

Papa Benedicto XVI exhorta a seminaristas a llevar a Dios a los demás

En la carta que el Papa Benedicto XVI dirigió a los seminaristas de todo el mundo, la cual envió el pasado 18 de octubre, por la conclusión del Año Sacerdotal, señaló que hoy en día hay mucha gente que “de una u otra forma, piensa que el sacerdocio católico no es una "profesión" con futuro, sino que pertenece más bien al pasado”, y a manera de exhortación, agregó: “Vosotros, queridos amigos, habéis decidido entrar en el seminario y, por tanto, os habéis puesto en camino hacia el ministerio sacerdotal en la Iglesia católica, en contra de estas objeciones y opiniones. Habéis hecho bien”.

Luego prosiguió su mensaje, destacando que “donde el hombre ya no percibe a Dios, la vida se queda vacía; todo es insuficiente. El hombre busca después refugio en el alcohol o en la violencia, que cada vez amenaza más a la juventud”. Y así señaló a los seminaristas que su tarea es acercar a Dios a los hombres, pues “Dios está vivo, y necesita hombres que vivan para Él y que lo lleven a los demás. Sí, tiene sentido ser sacerdote: el mundo, mientras exista, necesita sacerdotes y pastores, hoy, mañana y siempre”.

“Quien quiera ser sacerdote debe ser sobre todo un "hombre de Dios", como lo describe san Pablo”, reiteró el Santo Padre, ya que, el sacerdote “es el mensajero de Dios entre los hombres. Quiere llevarlos a Dios, y que así crezca la comunión entre ellos. Por esto, queridos amigos, es tan importante que aprendáis a vivir en contacto permanente con Dios”.

A cerca de su estancia en el seminario, el Vicario de Cristo aseguró que “el tiempo en el seminario es también, y sobre todo, tiempo de estudio. La fe cristiana tiene una dimensión racional e intelectual esencial. Sin esta dimensión no sería ella misma”, prosiguió el Pontífice en su mensaje, e insistió que “una de las tareas principales de los años de seminario es capacitaros”.

“Los años de seminario deben ser también un periodo de maduración humana. Para el sacerdote, que deberá acompañar a otros en el camino de la vida y hasta el momento de la muerte, es importante que haya conseguido un equilibrio justo entre corazón y mente, razón y sentimiento, cuerpo y alma, y que sea humanamente íntegro”, comentó. Además recordó que en éste lugar “uno aprende con los otros y de los otros. En la convivencia, quizás a veces difícil, debéis asimilar la generosidad y la tolerancia, no simplemente soportándoos mutuamente, sino enriqueciéndoos unos a otros, de modo que cada uno pueda aportar sus cualidades particulares al conjunto, mientras todos servís a la misma Iglesia, al mismo Señor”.

Después invitó a los futuros sacerdotes a estudiar con tesón y a aprovechad los años de estudio, de los cuales dijo: “No os arrepentiréis”. Y tras tocar otros temas, el Papa Benedicto XVI agradeció la vocación de aquellos sacerdotes que “forjados por su fe, que dan testimonio de cómo en este estado, en la vida celibataria, se puede vivir una humanidad auténtica, pura y madura”.

“Queridos seminaristas, con estas líneas he querido mostraros lo mucho que pienso en vosotros, especialmente en estos tiempos difíciles, y lo cerca que os tengo en la oración”, puntualizó, y concluyó su mensaje, asegurando que “Confío vuestro camino de preparación al sacerdocio a la maternal protección de María Santísima, cuya casa fue escuela de bien y de gracia. A todos os bendiga Dios omnipotente, Padre, Hijo y Espíritu Santo”.


En Misa con mineros rescatados, Obispo agradece ejemplo de fortaleza

En una Misa de acción de gracias, celebrada este 18 de octubre en el campamento Esperanza, en las afueras de la mina San José, el Vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Mons. Gonzalo Duarte, resaltó la importancia vital de la familia dentro de la sociedad.

En su homilía dirigida a 20 de los mineros rescatados y sus parientes, Mons. Duarte agradeció el ejemplo de fortaleza, solidaridad, de unidad y de ganas de vivir de los mineros y de las familias, destacando que "la familia es el mejor lugar para nacer, para crecer, para envejecer y para morir".

Al mismo tiempo insistió lo importante que fue que estas familias permanecieran en el campamento durante los 70 días que duró el encierro de los 33 mineros. Luego, les exhortó a confiar en la justicia de Dios, que vela por casa persona, y agregó que había que agradecer la respuesta de Dios a nuestras súplicas. "Dios actúa por medio del hombre y la mujer", dijo, mencionando la inteligencia del hombre y de la mujer, hechos "a su imagen y semejanza".

El Obispo también agradeció a los medios de comunicación y a quienes "no salen en la tele, y que nunca saldrán, a los que nadie quiere entrevistar", a todas las personas que anónimamente trabajaron por armar y sostener el campamento, a los que vinieron de otros lugares para ofrecer apoyo, a los que dejaron sus ocupaciones diarias para dar parte de su tiempo acompañando a las familias.





Obispo argentino destaca que el rezo del Rosario descubre la vocación misionera

Con ocasión de la celebración del mes del Rosario, Mons. José Luis Mollaghan, Arzobispo de Rosario (Argentina), ciudad que lleva este nombre en honor a la oración mariana, recordó este 18 de octubre, que el rezo mariano acompaña la vida y dificultades de todos los fieles.

En la carta pastoral titulada "El Rosario es la oración mariana del discípulo, que nos invita a anunciar a Jesucristo", el Prelado explicó que "el Rosario es una oración de contemplación de la vida de Jesús, a lo largo del itinerario de la salvación, recordando y meditando los misterios de alegría, de luz, de dolor y de gloria".

Al recordar la exhortación del Papa Benedicto XVI a rezar durante el mes de octubre el Santo Rosario, el Arzobispo argentino manifestó que en esta oración mariana los fieles laicos pueden encontrar "una pausa en su vida ajetreada y una fuente de verdadera paz para cada uno y para la familia", ya que con él, Nuestra Madre intercede por nuestras necesidades.

Más adelante aseguró que los misterios meditados en el Santo Rosario, muestran a los fieles, que Jesús es el centro de la salvación e invitan a reflexionar sobre la realidad que vive el hombre de hoy. Y reiteró que "desde la Encarnación hasta la Cruz y en la gloria de la Resurrección, contemplamos la participación íntima de María en los misterios de Cristo y así también en nuestra vida, entretejida de momentos de alegría y tristeza, de sombras y luces, de contrariedades y esperanzas. Por ello la gracia colma nuestros corazones, suscitando al rezarlo el deseo de un cambio de vida".

Mons. Mollaghan concluyó indicando que el Rosario impulsa a los fieles a descubrir la vocación misionera porque "si rezar el Rosario nos ayuda a vivir como cristianos y discípulos de Jesús, también nos impulsa a descubrir por María la vocación misionera. Justamente, al profundizar en la vida de Jesús, surge una y otra vez el llamado a vivir lo que rezamos y por ello a anunciar su Reino y las obras de Dios".






Fallece sacerdote cofundador de Misioneros de la Caridad

El Padre Joseph Michael Langford M.C., quien fundó junto a la Madre Teresa de Calcuta la rama sacerdotal de los Misioneros de la Caridad, falleció la madrugada del pasado 15 de octubre, en la Arquidiócesis de Tijuana, donde residió en sus últimos años.

El sacerdote nació el 25 de junio de 1951 en Ohio, Estados Unidos. Creció en San Diego, California, y tras descubrir su vocación religiosa estudió filosofía y teología en el Angelicum de Roma, ciudad en la que fue ordenado sacerdote el 25 de marzo de 1978.

En 1963 la Madre Teresa de Calcuta abrió la rama masculina de los Hermanos Misioneros de la Caridad, y entre 1976 y 1979 fundó otras ramas de religiosos contemplativos. El entonces seminarista Joseph Langford, trabajaba como voluntario en un albergue de las Misioneras de la Caridad para indigentes cerca del Coliseo romano. Para 1983, compartió con la Madre Teresa su deseo de que existiera una rama sacerdotal de los Misioneros de la Caridad. Pronto tenían unos 30 sacerdotes en la congregación desempeñando su ministerio en las calles, las barracas, y en las afueras de las grandes ciudades.

El Padre Langford llegó a Tijuana por primera vez en 1988. Entre 1996 y 1998 fue el Superior General de los Padres Misioneros de la Caridad, y de 1998 a 1999 fue Vicario Pastoral en esta Arquidiócesis. Desde 1999 fue Superior local en Roma y tres años después Vicario Pastoral en Tijuana. El 15 de septiembre de 2009 publicó el libro sobre la Beata Teresa de Calcuta “El fuego secreto de la Madre Teresa”.

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