jueves, 7 de octubre de 2010

Homilía del Cardenal Norberto Rivera Carrera

Al mediodía del pasado domingo 03 de octubre, durante la misa celebrada en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, el Cardenal Norberto Rivera Carrera declaró que Dios tiene un proyecto para la humanidad y que a pesar del mal que azota a nuestro mundo, de las injusticias, del dolor, y de los crímenes que vemos a diario, el Señor no nos deja.

Luego, el Prelado recordó las Sagradas Escrituras y destacó la súplica que los apóstoles dirigieron a Jesús, cuando expresaron: "Señor, auméntanos la fe", a lo que Jesús respondió: "Si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decir a este árbol frondoso: Arráncate de raíz y plántate en el mar, y los obedecería".

Más tarde, el Arzobispo Primado de México explicó lo que implica creer, señalando que es el “abrirse a la fuerza de Dios…es acudir a Dios para que Él con su fuerza, transforme nuestros corazones, transforme nuestra realidad” y que también es “superar la religión mercantilista e interesada” que nos hace acudir a Él sólo cuando nos vemos en apuros.

"Los creyentes tenemos que aprender a creer inmersos en este horizonte de crisis general y de crisis personal. Todo lo que es importante en nuestra existencia es siempre algo que va creciendo en nosotros, pero de manera lenta y secreta, como el grano de mostaza, y como fruto de una búsqueda paciente. A veces quisiéramos que Dios mandara un milagro, a veces quisiéramos que eso se transformara de un momento a otro, quisiéramos que Dios resolviera la situación como por arte de magia, y el Señor lo que quiere es que nosotros vayamos cambiando esa realidad, pero cambiando primero nuestro corazón", explicó.

El Prelado añadió que Creer es además, ser fiel al contenido del mensaje cristiano, porque Él es nuestro fundamento, y así nos invitó a alejarnos de las ideologías que están de moda y todo aquello que es contrario al evangelio. También exhortó a los fieles para que continuamente le pidamos a Dios que aumente nuestra fe, sobre todo cuando no entendemos la muerte de un ser querido, o cuando pensamos por qué Dios ha permitido que un niño nazca con discapacidad.

"Para poder leer esos acontecimientos, necesitamos la fe, y a través de la fe, llegar a sostenernos en el poder de Dios. Para vivir una fe así, necesitamos hacer nuestro el grito de los apóstoles: "Señor, auméntanos la fe", ya que vivimos un momento de desencanto, de indiferencia, de escepticismo y de relativismo. Quizá hasta sintamos que nuestra fe se va desvaneciendo, se va bloqueando. El que busca sinceramente a Dios se ve envuelto, más de una vez, en la oscuridad, en la inseguridad, no se explica aquello", insistió.

Por último, el Cardenal indicó que la fe nos hace acudir a aquél que es el verdadero alimento, Cristo, aquél que es el camino, la verdad y la vida. Junto con ello invitó a que vengamos a la misa, “no porque está mandado, no porque es un precepto, sino porque realmente queremos unirnos a Cristo, con el cual nosotros podemos ver la realidad de distinta manera y podemos cambiar esa realidad, cambiando primero nuestro corazón”.

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